Con motivo de las II Jornadas de Daño Cerebral organizadas por la asociación el próximo 28 de Octubre vamos a ver algunos de los temas que serán tratados en la misma como son los factores de riesgo cerebrovascular.
Algunos de los factores de riesgo cerebrovascular más importantes que podemos tratar para prevenir son los siguientes:
Presión arterial alta, o hipertensión
La
hipertensión es por lejos el factor de riesgo más poderoso del ataque
cerebral. La hipertensión causa un aumento de dos a cuatro veces en el
riesgo de tener un ataque cerebral antes de los 80 años. Si su presión
arterial es alta, usted y su médico necesitan crear una estrategia
individual para reducirla al rango normal. Algunas maneras que
funcionan: mantener el peso adecuado. Evitar los medicamentos que se
sabe que aumentan la presión arterial. Comer correctamente: comer menos
sal y comer frutas y verduras para aumentar el potasio en su dieta.
Hacer más ejercicios. Su médico podría recetarle medicamentos que ayudan
a disminuir la presión arterial. Controlar la presión arterial también
ayudará a evitar la enfermedad cardíaca, diabetes, e insuficiencia
renal.
Tabaquismo: Fumar
Fumar
cigarrillos causa cerca del doble del aumento en el riesgo de ataque
cerebral isquémico y hasta cuatro veces el aumento en el riesgo de
ataque cerebral hemorrágico. Ha sido vinculado con la acumulación de
sustancias grasas (aterosclerosis) en la carótida, la arteria principal
del cuello que abastece de sangre al cerebro. El bloqueo de esta arteria
es la causa principal de ataque cerebral en USA.
Además, la nicotina aumenta la presión arterial; el monóxido de carbono
del cigarrillo reduce la cantidad de oxígeno que su sangre puede
transportar al cerebro; y el humo del cigarrillo espesa su sangre y la
hace más propensa a la coagulación. Fumar también promueve la formación
de aneurismas. Su médico puede recomendar programas y medicamentos que
pueden ayudarle a dejar de fumar. Al dejar, a cualquier edad, usted
también reduce su riesgo de tener enfermedad pulmonar, enfermedad
cardíaca, y un número de cánceres, incluyendo el cáncer de pulmón.
Enfermedad cardíaca.
Los
trastornos cardíacos comunes como la enfermedad coronaria, defectos
valvulares, latido cardíaco irregular (fibrilación auricular), y aumento
de tamaño de una de las cámaras cardíacas pueden dar como resultado
coágulos sanguíneos que pueden desprenderse y bloquear vasos dentro del
cerebro o que van hacia él. La fibrilación auricular—más prevalente en
personas mayores—es responsable de uno en cuatro accidentes
cerebrovasculares después de los 80 años, y se asocia con mortalidad y
discapacidad más altas. La enfermedad vascular más común es la
aterosclerosis. La hipertensión promueve la aterosclerosis y causa daño
mecánico a las paredes de los vasos sanguíneos. Su médico tratará su
enfermedad cardíaca y también podría recetar medicamentos, como la
aspirina, para ayudar a prevenir la formación de coágulos. Su médico
podría recomendar la cirugía para limpiar una arteria del cuello tapada
si usted presenta un perfil de riesgo particular. Un médico puede
evaluar sus factores de riesgo y ayudarle a decidir si se beneficiará
con la aspirina u otra terapia anticoagulante.
Signos de advertencia o antecedentes de AIT o ataque cerebral.
Si
tiene un AIT(Ataque Isquemico Transitorio, TIA en inglés), obtenga ayuda de inmediato. Si previamente ha tenido un AIT o un ataque cerebral, su riesgo de tener un ataque cerebral es
muchas veces mayor que alguien que no ha tenido ninguno. Muchas
comunidades alientan a aquellos con los signos de advertencia del ataque
cerebral que llamen al 112 para solicitar asistencia médica de
emergencia. Si ha tenido un ataque cerebral en el pasado, es importante
que reduzca su riesgo de tener un segundo ataque cerebral. Su cerebro le
ayuda a recuperarse de un ataque cerebral pidiéndole a las regiones
cerebrales no afectadas que cumplan tarea doble. Esto significa que un
segundo ataque cerebral puede ser el doble de malo.
Diabetes.
En
términos de ataque cerebral y enfermedad cardiovascular, tener diabetes
es el equivalente a envejecer 15 años. Usted puede pensar que este
trastorno afecta solamente la capacidad del cuerpo de usar el azúcar, o
glucosa. Pero también causa cambios destructivos en los vasos sanguíneos
de todo el cuerpo, incluso el cerebro. Además, si los niveles de
glucosa sanguínea son altos en el momento de un ataque cerebral,
entonces el daño cerebral es generalmente más severo y extenso que
cuando la glucosa sanguínea está bien controlada. La hipertensión es
común entre los diabéticos y es responsable de mucho del aumento del
riesgo de tener un ataque cerebral. Tratar la diabetes puede retrasar el
inicio de las complicaciones que aumentan el riesgo de tener un ataque
cerebral.
Colesterol descontrolado.
La
lipoproteína de baja densidad del colesterol (LDL) transporta al
colesterol (una sustancia grasa) a través de la sangre y la lleva a las
células. El LDL en exceso puede causar que se acumule el colesterol en
los vasos sanguíneos, llevando a la aterosclerosis. La aterosclerosis
es la causa principal de estrechamiento de los vasos sanguíneos,
llevando al ataque cardíaco y al ataque cerebral.
Inactividad física y obesidad.
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La
obesidad y la inactividad están asociadas con la hipertensión,
diabetes, y enfermedad cardíaca. La proporción entre la circunferencia
de la cintura respecto de la circunferencia de la cadera que sea igual o
superior al valor medio de la población aumenta tres veces el riesgo de
ataque cerebral isquémico.
Información basada en:
NINDS (National Institute of Neurological Disorders and Stroke)MSSSI (Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad)
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